Me gustaría decir que mi coche es un vehículo de mastodónticas dimensiones que intimida al resto de "leones" de la carretera, o el animal más veloz que el asfalto haya conocido, que brilla más que el sol y todo el mundo se queda mirándolo al verlo pasar. Pero no es así, es más bien como yo: una pelotilla gris, práctica, que con sus 74 Cv, se ahoga cuando sube la cuesta de Parquelagos si lleva el Aire Acondicionado puesto, pero que aguanta los terrenos más empedrados como el mejor 4x4 . Quizá por eso no me imagino con otro que no sea él... mi pequeña y adorada pelotilla donde, junto con mi casa, me siento segura y a salvo del mundo.
Pues pues esa pequeña pelotica me llevó el viernes, tras pasar por un estupendo atasco (taxista cabrón.incapaz.de.dejar.incorporarse.a.una.jovencica incluido) a IFEMA, la Feria de Madrid, donde se encontraba la Madrid Fashion Week (vamos Cibeles de toda la vida). Allí me encontré en la primera fila del desfile de Adolfo Dominguez, a 5 asientos de Gwyneth Paltrow (estupendísima con un minivestido precioso en color azulón del diseñador, medias tupidas y sandalias abotinadas en el mismo color) a 10 escasos metros de los maniquís (en especial de Jon Kortajarena, que no es especialmente bueno desfilando porque anda agachado y a saltitos, pero como modelo de fotografía es espectacular y guapisérrimo), se podían oir los tacones a cada paso que daban y sentir el aire que se desprendía del movimiento de la tela al andar. Me impactó mucho la loca avalancha de que se vivió cuando entró la actriz al recinto, increible, gritos, preguntas, empujones, caidas, roturas de cámaras... increible.
La colección era mixta, preciosa y repleta de vestidos vaporosos tipo tunica para la mujer y muy cómoda con bastante jersey de punto para el hombre. Muy ponible todo y favorecedor, con salidas en colores empolvados mayormente. Después del show (que como ya seguramente sabreis tuvo un pequeño incidente con la música, por lo que al final, Dominguez en su salida, se disculpó de manera bastante elegante, original, pero fue un hachazo directo a la cabeza de la organización, que parece ser era la culpable de ello) nos invitaron en el living a unos riquísimos cócteles que no pude disfrutar porque "si bebes no conduzcas" y después a casa con la extraña sensación de que la que sale no es la misma que entró.
Sin en algún momento de mi vida he tenido crisis personales y he dudado de mi amor por la moda, desde luego no fue el viernes, no en ese lugar. Se despejaron todas de un plumazo, me sentí feliz, respiré moda, creatividad e inspiración. Quizá con un toque de demasiado clasismo y agrupación. Pero, aún así, ahora más que nunca sé que ése es mi lugar en el mundo. Suena cursi pero no os haceis una idea de lo que significó para mí estar ahí y cuánto tiempo llevo deseándolo.
Por eso hago un llamamiento: si alguien me lee, ¡¡Por Dior que me saque de este mundo de escasez creativa que me esta secando el alma!! Prometo no protestar, estar calladita y ser fiel como un perrico pastor (ja, ja, ja)
Y con este momento desesperado, vuelvo después de un verano intenso en trabajo (intensísimo, demasiado) y en emociones...
... Cuando veo campañas publicitarias que me gustan (la que más, más, más me ha gustado sin duda la de Lilly Allen para Chanel y fotos de Lagerfeld, quién lo iba a decir...)
La graaande Stone y el español Kortajarena (jesús, se quedaron a gusto) para Jaeger.
Missoni, te queremos... no, quiero ese fulard, esos leggin y ese fotógrafo.
Me encanta la imagen bucólica de la campiña con los caballos... y ella en tacones por el cesped....
Un poquito de Glamurous Rock & Roll de Jil Stuart
y.... ya lo pongo, ya lo pongo, me encaaaanta Esta va derechita a la columna lateral...
Y con esto y un bizcocho, ¡blog actualizado por hoy!
Sabado, 8.30 de la mañana. Me toca enfrentarme al mundo he ir a trabajar después de acostarme a la 1 de la madrugada sin hacer nada en particular. Conclusión: empanamiento mental severo.
Estoy en el coche (cómo no, es mi momento) y en mi Ipod de repente empiezan a sonar como campanillitas... Killers... Sawdust y... Mr. Brightside. Y entonces a mi cabeza resentida por el cansancio acumulado empiezan a atacarle colores ultravioletas con movimientos ondulantes (intentadlo en la intro de la cancion, es una sensación de relax increible) y luego el tío empieza a cantar y la sensacion se vuelve más "Poppy" los colores son más tirando a fluor, los movimientos no son tan livianos ni tan ondulantes, es más sólido todo, es como si pesara más, pero es más divertido y energético.
Cuando los instrumentos tocan en todo su esplendor todos en armonía, siguiendo el mismo camino hacia sonidos más tecnologícos, los colores son totalmente fluor, fuertes, movimientos densos pero llenos, completos de energía y buen ambiente.
Y entonces he descubierto tres modadlidades musicales en una misma canción. Y he corroborado que no hacen falta sustancias raras ni ilegales para ver colorines en movimiento (repito: imaginar colores tipo ultravioletas que no es posible plasmarlos en la realidad ondeando es lo más de la relajación). Sólo una sintonía. Increible.
Tres looks psicodélicos que se me han inspirado con la dichosa cancioncita. Y la cancioncilla en cuestión.
Voy e ver si empiezo a quitar banderitas de las revistas del mes pasado que con este parón quería colgar muchas cosillas y se me van amontonando temas.
Esta chiquilla monísima, es francesita, actriz y, por lo que pone en el In Style de Agosto, "descendiente de toda una estirpe de actores franceses"... yo no conozco a los Cassel de toda la vida, pero tampoco estoy muy puesta para qué engañaros. Lo que sí sé es que he visto unas cuantas fotos y tiene fotogénia y estilazo.
Ah por cierto, por lo que veo ahora, se la puede ver en la cine con la peli Ex (¿habrá que verla no?)
Si teneis oportunidad (o tengo yo tiempo de hacer unos scans), echadle un vistazo al photoshoot de la revista que os comentaba antes, son increibles.
Toma poderío!! No me gusta mucho la foto con esa pose, es para que se vean los zapatos...
Me encanta porque no es una chica con una figura escurrida y delgadíisima, de estas que nos hacen al resto sentirnos mal, pero también tiene sus días de darse de leches con el armario y no acertar ni de lejos con lo que se pone... Nos pasa a todas, pero no sé qué tendrán los Pirineos que una vez los atraviesas y entras a Francia, allí todas salvan su mal día con el armario con un golpetazo de chic, tan natural como respirar, qué envidia.
Hay días en los que una se sorprende a sí misma. Ayer me paso mi.
Sé que mis nervios no son precisamente tranquilos, si fuera aire sería un huracán y si fuera agua un tsunami. Pero nunca pensé que tanto.
Ayer descubrí que un café (bien cargadito, vale, lo acepto) y esto (ahora pongo un video) me elevara las palpitaciones a tal punto, que del exceso de energía que tenía casi me da un síncope... Para que luego algunos digan que necesitan drogas, pffff viva la música y el buen café....
No sé por qué, pero me atrae muchíisimo todo lo que sea antiguo, me parece que detras de partícula de materia que lo componga tiene que haber una historia increible. Sea lo que sea, desde un mueble a un recorte de periodico, pasando por un arma de la guerra o un barco enterrado en el mar, a saber lo que ha podido pasar en la vida de las personas a las que haya pertenecido ese objeto y lo que éste a su vez a tenido que recorrer para llegar a mi ojos (y si tengo suerte a mis manos)...
Cada vez que lo pienso se me ponen los pelos de punta, pensando que algún día, dentro de muchíisimo años, alguna de las millones de cosas que toco puede terminar en un museo o en manos de otra persona que quizá piense lo mismo que yo cuando toco o miro algo de hace muchos años atrás... Es algo fascinante.
Por eso, y trasladandolo a mi parte más frívola, me encanta ver fotos antiguas, recortes y publicidad de hace años. Las campañas de moda que ahora pertenecen a la memoria histórica me parecen lo más de lo más.
Vaya intro más metaforica que he hecho todo para colgar una noticia que me he encontrado por ahí...
El siglo XX fue testigo de la evolución de la moda, que comenzó como un negocio exclusivo de los salones parisinos dirigido a una elite adinerada y acabó convirtiéndose en una industria global que dio trabajo a millones de personas en sus tiendas, donde las nuevas tendencias se reemplazaban por otras antes de que la última modelo abandonara la pasarela. En su camino, el estilo característico de la silueta femenina de cada época evolucionaba más allá de lo imaginable: los miriñaques de la casa Worth dieron paso a los trajes de fiesta de cortes al bies de Vionnet, el nuevo look de Dior devino el look de Chelsea propio de la Quant, el traje blanco de Halston condujo a los vaqueros de talle bajo de Frankie B. En cuanto a la moda de caballero, los trajes prêt-à-porter marcaron la desaparición de la confección hecha a medida mucho tiempo antes del salto a la primera plana de las camisas hawaianas, las corbatas estrechísimas o los pantalones holgados.
20th Century Fashion ofrece una elegante visión retrospectiva de los últimos cien años a través de 400 anuncios de moda de la colección de Jim Heimann. Mediante una selección de imágenes publicitarias de todo un siglo, este libro documenta la inexorable trayectoria de la moda a medida que se establecía década tras década en la cultura de masas. Una introducción en profundidad, un estudio por capítulos y una cronología ilustrada detallan los fabricantes de moda y las tendencias, desde la alta costura al mercado popular, así como la manera en que los hechos históricos, las casas de diseño, los comerciantes, las películas, las revistas y las celebridades dieron forma al modo de vestir, entonces y ahora.
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